lunes, 14 de noviembre de 2011

Función Administrativa Indignada



Pasó el verano y sus calores. En pleno otoño nos hemos reconectado al blog para reiniciar este medio de comunicación y contacto no solo con nuestros asociados sino también con aquellos que no desean asociarse pero sí se sienten implicados en nuestras problemáticas.

Hemos vuelto con bastante fuerza. A pesar de las machaconas noticias de la crisis económica y social que vivimos, nuestra última asamblea ha sido muestra de que a pesar de la crisis, nuestras necesidades no pasan todas por el dinero, sino más bien por la dignidad. Dignidad que nuestro colectivo ha ido perdiendo, hoy por una cosa y mañana por otra hasta el punto en que nos encontramos.

Existen compañeros/as nuestros que ganan menos de mil euros al mes, existen compañeros/as que llevando más de 25 años de antigüedad en con plaza en propiedad en la función administrativa no han optado NUNCA a mejora alguna ni promoción profesional, existen compañeros/as que ven como sus posibilidades de acceder a categorías superiores van mermándose debido a las normativas existentes. Existen compañeros/as que ven como se contrata desde la llamada “bolsa interna” a profesionales que desconocen lo que es ser empleado público, que se les “entra” en la función pública sin examen ni medición de su capacidad y merito y por supuesto sin igualdad ni publicidad. Son, sin saberlo, pobres “enchufados”  que suplican en largas colas, como pidiendo limosna, por un contrato de unos días o unos meses. Eso también nos indigna. Por un lado, nos impiden nuestra promoción a esas categorías y plazas y por otro a ellos se les permite puntuar como empleados públicos para consolidar un futurible puesto en la administración. En fin, penoso.

Con la actual crisis impregnando todo, parece que tenemos que consolarnos con tener un puesto en la administración y tendríamos que dar gracias y conformarnos con la categoría y consideración que tenemos. Pero resulta que nuestra actual Constitución y el Estatuto del Empleado Público promulgan claramente nuestro derecho a la promoción profesional como parte de la dignidad del empleado público y con métodos como el descrito, esta promoción no solo no se da, sino que no se dará nunca.

Los Sindicatos andan ocupadísimos entre salvar sus liberados y sus afiliados, ya no son capaces de dar respuesta a nuestros problemas. Me tomo la licencia de ponerlos en el mismo bote a todos porque es una opinión personal pero seguro que tú también lo has pensado alguna vez. No hay más que observar. Por eso tomamos nuestras riendas.

La administración se refugia en los acuerdos con los sindicatos como si fueran su Biblia de la contratación y gestión del personal. No ven, o no lo desean ver, que un buen trato al capital humano existente es una inversión en calidad inmediata.

Con este panorama, poco espacio para el pataleo. Aunque no es la forma de los administrativos la protesta sino el trabajo en silencio. Llevamos años soportando que poco a poco se nos haga perder la forma de mejorar en estima en lo que hacemos, de promocionarnos, de sentirnos más reconocidos en nuestras funciones. En definitiva, de rendir más en nuestros puestos de trabajo siendo mas productivos y de calidad.