sábado, 13 de octubre de 2012

No ganamos para sobresaltos




Apenas calmado el "fuego" de la privatización el Consell amenaza con el llamado "silencio negativo" para las solicitudes de sus empleados. Otra muestra del aprecio que tiene por sus trabajadores. Otro intento de amedrentar a quien se proponga hacer uso de sus derechos que, de haber silencio, tendrá que acudir a los tribunales para que se le reconozcan.

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No es más que un suma y sigue en el desprestigio del empleado público. Esto no son medidas de ahorro sino más bien de enfado de un sector que sufre ya muchos aporreos, de un colectivo de trabajadores que está siendo señalado como "el malo" de una crisis que no ha causado.

La medida ha sido rumoreada, como siempre, primero en la prensa. Ahora vendrá nuestras reacción: una pitada, una concentración, un subidón de tres días y cuando la fiebre baje, zas, imposición. Solo nos falta que nos dicten la imposibilidad de opinar o que esto se convierta en expulsión de la función pública, del servicio al ciudadano. Es para preguntarse qué tipo de servicio quieren prestar desmotivando constantemente a sus empleados. Ninguna empresa se lo permitiría, excepto la nuestra.

Nos planteamos pues, si es que quien resulta ser nuestra empresa está deseosa de que rindamos poco y mal. Ante medidas así, tan inservibles para el ahorro y la austeridad, solo nos queda pensar que se aprovecha la situación para ir mermándonos derechos. El resto de trabajadores, los privados, ya han perdido hasta sus calzones, ahora nos toca a nosotros. ¿No crees que es hora de decirles algo?...ah! no, no lo recordaba; tenemos miedo.


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